sábado, 27 de mayo de 2017

CREENCIAS SOBRE LOS GATOS


La personalidad y el carácter de los gatos le han servido para tener personas a las que les encantan y otras a las que incluso les producen miedo o respeto.  A lo largo de la historia ha representado a divinidades pero también a la imagen misma del demonio.   Desde luego el gato no nos deja indiferentes a nadie.

Es muy posible que desde nuestros ancestros se haya considerado al gato como un ser especial por su apariencia y su carácter.  Aunque se trata de un animal tranquilo y bastante independiente tiene unas reacciones violentas cuando se siente atacado y pasa de sus caminares lentos y pausados a unos movimientos ágiles y rápidos.  También su mirada de gran observador y sus cambios de pupila hacen de el un animal que nos produce misterio y fascinación.

Ya los egipcios lo asociaban con la divinidad.  La diosa Bastet tenía cuerpo de mujer y cabeza de gato.  Era la diosa de la luna y el sol, de la maternidad y la feminidad.  Los gatos eran protegidos y venerados y estaba prohibido hacerles daños y especialmente matarlos siendo castigado hasta con pena de muerte.

Los romanos importaron esta divinidad de Egipto y de otras culturas de lugares que invadieron en la dominación romana y los consideraban como protectores de casas y hogares.  

En Escandilavia la divinidad Freya diosa de la fertilidad estaba asociada a los gatos y depositaban en los graneros recipientes con leche para los gatos para asegurar buenas cosechas.

En China está descrito el dios gato Li-Chou en el Libro de los Ritos para proporcionarles grandes cosechas.  En Malasia y Java los gatos eran el sujeto principal de la ceremonias para pedir buenas condiciones climáticas para las próximas cosechas para lo que los sumergían en agua durante la ceremonia.

Durante la Edad Media se asimilaba al gato con el demonio sobre todo si era de color negro y se le achacaban todos los males que ocurrían.

En Japón se creía que el gato era capaz de matar a una mujer para adoptar su forma e incluso chupar la sangre de otras personas.

En Centroeuropa cuando se perseguía a los herejes se atacaba a los gatos porque estos los veneraban e incluso los quemaban juntos.  Esta práctica se hacía en otros sitios de Europa quemando a los gatos vivos pensando que de esta forma protegían las ciudades que habían sufrido epidemias achacadas al Maligno a través de los gatos.

Aunque sin realizar estas prácticas tan salvajes si que se extendió en Europa una animadversión a los gatos durante muchos siglos considerando a las personas amantes de los gatos, especialmente a los negros, como brujos o adoradores del demonio.

La extensión de plagas de ratas y otros roedores hizo necesario mantener la población de los gatos para controlarlas y gano su buen hacer a la superstición.  Aumento el respeto hacia los gatos aunque algunas supersticiones no han desaparecido por completo.  Sigue extendida la superstición en muchas culturas que cruzarte con un gato negro trae mala suerte. También se han mantenido costumbres supersticiosas de utilizar partes del gato para conjuros para desear suerte o desgracia.  En algunos países europeos existía la tradición que si una doncella pisaba la cola de un gato tardaría en casarse. Y si en una ceremonia nupcial aparecían dos gatos significaba que ese matrimonio iba a durar poco tiempo.

Los marineros también han tenido supersticiones con los gatos que siembre formaban parte de la tripulación para controlar los roedores.  Se creía que si se arrojaba un gato negro por la borda se desencadenaría un gran tempestad.  Y también a falta de vientos se les encerraban en una olla de hierro para esperar los vientos.

A los largo de la historia se han utilizado algunas partes del cuerpo del gato como la piel, la cola o las garrar para elaborar pócimas y medios frente a diferentes males.  Los romanos utilizaban sus heces junto con otros productos para curar las ulceras de la piel.  El hígado de gato se utilizaba para tratar los cálculos urinarios y su grasa para curar la gota.  Con la cola de gato negro se curaban los ataques epilépticos.  La piel de los gatos se utilizaba para aliviar los dolores de las quemaduras y otros problemas de la piel o para curar los dolores de garganta. Con los ojos de los gatos se preparaban pociones mágicas para mejorar la agudeza visual.

Afortunadamente estas creencias y supervivencias que se practicaron no hace mucho van desapareciendo aunque desgraciadamente aún persisten en algunas culturas como en la medicina tradicional china con otras especies salvajes como los tigres o los rinocerontes.

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