Una de los motivos por los que acudidos a un Centro Veterinario es porque tenemos que operar a nuestra mascota. En algunos casos la operación deberá ser de urgencia por una necesidad vital para el animal o puede ser programada debida a alguna enfermedad o traumatismo, o por prevenir algún problema. Esto siempre es una situación estresante tanto para usted como para su mascota, pero hay algunos consejos básicos que puede seguir y que harán el proceso lo menos complicado posible haciendo que su mascota se recupere rápidamente. La cirugía puede ser de varios tipos: menor o mayor y dependerá de varios factores cuando puede volver a su actividad normal.
CUIDADOS PREQUIRURGICOS.
Siempre que sea posible, por no tratarse de una operación de urgencia, el veterinario hará un chequeo previo al animal antes de la cirugía para determinar si existe alguna enfermedad o patología que impida o interfiera con la intervención quirúrgica. Es conveniente que la mascota esté al corriente de los tratamientos de desparasitación y de las vacunaciones.
Además del examen físico puede ser recomendable hacer un análisis de sangre o alguna prueba complementaria como radiografías o ecografías que descarten algunas enfermedades o problemas latentes, sobre todos en algunos casos: enfermos crónicos, animales muy viejos, etc.
En algunos casos puede que usted tenga que administrar antibióticos a su mascota varios días antes de la cirugía para aumentar su capacidad de lucha frente a la infección o que tenga que cambiar la pauta de darle algún otro medicamento que esté tomando.
Finalmente el veterinario le dará las pautas de ayuno de comida y agua previos a la intervención, así como cualquier otra recomendación que necesite conocer. También le hará firmar un consentimiento informado tras comentarle las ventajas o necesidades de la operación pero también los posibles inconvenientes o problemas que se pueden presentar. Hay que tener en cuenta que muchas de las operaciones son debidas a procesos patológicos que están afectando a nuestra mascotas con lo que su estado fisiológico no es normal y puede presentar complicaciones.
CUIDADOS POSTOPERATORIOS
Tras la operación nuestra mascota estará débil y mareada. Su respuesta a nuestra presencia o voz no será normal porque sus sentidos de la vista y oído están alterados. Hay que tener cuidados a excitarlos o a provocar que se asusten y respondan incluso de forma agresiva.
Aunque parezca que está normal puede tener todavía restos de los tranquilizantes y anestesias sin metabolizar por lo que lo ideal es controlarlo para evitarle posible lesiones. Lo ideal es llevarlo con una correa corta o en los brazos o si el tamaño lo permite dentro de un transportín desde la clínica a nuestro domicilio.
Debemos de realizar una vigilancia durante las siguientes horas. Lo mejor es situarla en un lugar confortable y tranquilo sin objetos que la puedan dañar y controlarla pero sin que note excesivamente nuestra presencia y se excite. Asegúrese de que su cama está limpia, es acogedora y no hay corrientes de aire frío.
Una vez que veamos que está despierta del todo se le puede ofrecer un poco de agua pero sin forzarla. Hay que tener en cuenta que el veterinario durante la intervención le ha colocado una vía de infusión con suero y la ha hidratado si lo necesitaba.
Si el animal ha tolerado la comida le podremos dar comida en pequeñas cantidades. Demasiada comida o agua pueden provocar molestias digestivas y vómitos. Si el veterinario le ha prescrito una dieta especial postcirugía debe de seguir con cuidado las atenciones.
No debe de permitir que el perro o gato se moje durante por lo menos una semana hasta después de la cirugía o le hayan quitado los puntos.
Hay que limitar el ejercicio del animal. Subir escaleras, correr o saltar pueden abrir las heridas o provocar problemas. Puede realizar paseos cortos y tranquilos.
Hay que revisar y curar la herida diariamente. Si está sucia puede ser necesario lavarla con algún jabón antiséptico y secarla bien. También se limpiará con algún antiséptico ose le aplicará alguna pomada con antibiótico o antiinflamatorio según las pautas que nos ha recomendado el veterinario. Los puntos se retiran aproximadamente a partir los 10 días tras la cirugía. Revise el área alrededor de la incisión diariamente buscando cualquier señal de enrojecimiento, hinchazón o drenado. Si detecta alguna irritación, acuda a su veterinario inmediatamente.
Lo mas probable es que el veterinario le prescriba algún medicamento para adminístralo los días siguientes. Hay que seguir escrupulosamente las pautas, las dosis y los tiempos prescritos para que los medicamentos cumplan su función.
Evite que su mascota se lama, muerda o rasque la herida. Si resulta complicado evitarlos el veterinario no recomendará utilizar un “collar isabelino”.
Recuerde que si el animal no ha comido o nota cualquier signo de dolor, malestar, fiebre o infección de la herida o cualquier comportamiento anormal hay que llamar al veterinario.
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