Dentro de poco llegará el calor y con el los
campos empezaran a secarse formando las tan temibles espigas o pinchas, siendo
este un problema muy frecuente para nuestros animales cuando les sacamos a
pasear. Con el objetivo de estar preparados para cuando eso suceda vamos a explicar el problema y dar unos pequeños
consejos que disminuyan la frecuencia de aparición sin tener que suprimir las
excursiones de nuestros amigos por los terrenos
que tanto les gustan.
¿Por
que lo entra son espigas y no cualquier otro materia vegetal?, por
probabilidad pude entrar cualquier objeto pero el que mas probabilidades tiene
de producir problemas es esta, la raíz de todo radica en la morfología de la
misma, tiene una forma cónica con vértice reforzado por una capa de lignina que
hace la función de punta de lanza superando la defensa natural que constituye
la resistencia y elasticidad de los epitelios. Una vez traspasa esta primera línea
de defensa la espiga va profundizando ayudada por los movimiento corporales,
decimos que siempre profundiza porque tras entrar nunca vuelve a “resbalar”
hacia fuera pues tiene una especie de pelos que hacen de tope a modo de la
muerte de un anzuelo o de las patillas de un taco de los que se usan para
colgar cualquier elemento de las paredes de nuestros domicilios que una vez
dentro se abren y no vuelven atrás.
Estos odiosos productos de la naturaleza se
pueden pegar e introducir por cualquier parte aunque las zonas más comunes son los
oídos y los espacios interdigitales. Respecto a razas animales con más o menos
incidencia podemos destacar el Cocker Spaniel, la incidencia en oídos es mayor
en perros con orejas hacia abajo, que se den los problemas en la zona
interdigital y en otros pliegues corporales está también relacionado con las características
del perro, pues sujetos con pelo largo o intermedio atrapan mas los elementos
en cuestión al enredarse las llamadas anteriormente “muertes” y no caer la
espiga.
Una vez dicho esto, ¿cómo podemos
evitarlo?, pues bien evitarlo totalmente es prácticamente un milagro, pero si
que podemos disminuir considerablemente la incidencia. Para ello hay dos trucos elementales, uno antes y otro
después del paseo:
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Antes del paseo:
equipar a nuestro canido con un corte de pelo apropiado en el que la longitud
sea lo suficientemente corta para que no atrapen los mencionados elementos
vegetales. Ademas dicho corte deberá ser mayor en la cara interna del pabellón
auricular y alrededor de la abertura del canal auditivo así como en los pliegues
cutáneos de los dedos, tanto en la cara superior del dedo como en las
acanaladuras de las almohadillas de las 4 extremidades.
-
Después del paseo:
revisar toda la superficie del perro, prestando mayor atención en todas las
partes anteriormente expuestas, retirando todas la pinchas que encontremos así
como cualquier otro resto vegetal que se haya podido quedar pegado. Destacar
que para revisar el canal auditivo solo se poder observar la zona mas externa,
no debiendo jamás, repito jamás, introducir absolutamente nada (válgase pinzas,
bastoncillos…) para querer llegar mas profundo en la revisión.
Aun así en algunos casos se produce el
problema, las mas alarmantes son las que entran en canal auditivo, dando
dolores y molestias que se manifiestan en la mayor parte de los casos con un
rascado del animal en la oreja afectada, inclinación de la cabeza sobre el lado
donde se haya introducido el elemento y dolor al manipular la base del pabellón
auricular. Cuando esto ocurra deberemos acudir a nuestro veterinario de
confianza para la extracción del elemento no siendo una urgencia vital pero si
lo suficientemente molesto como que nuestro amigo este desasosegado hasta
conseguir quitarla o en los casos mas graves acabar desembocando en una otitis
de grado elevado e incluso si no se hace nada una perforación de tímpano por lo
que lo interesante seria quitarla en cuanto fuera razonadamente posible, si
bien es cierto puede aguantar durante unas horas sin temer posibles
complicaciones.
Saber si se han introducido en otra parte
del cuerpo ya no es tan inmediato no llegando a saberlo en muchos casos hasta
que se muestra sintomatología. Así en las interdigitales el principal síntoma
es la cojera y la formación de una “bola” en la parte superior del pliegue
mientras que si están en otras localizaciones a la larga se formara un absceso
que será detectado por la formación de una bolsa que al tacto se define como
que tuviera un liquido espeso en interior incluso llegando a ser realmente
dura. En todas estas ocasiones lo mejor y más indicado será acudir a nuestro
veterinario donde nos informara de los pasos a seguir hasta llegar a la curación
total.