Los perros
son los animales más elegidos por los españoles como mascotas, pero los gatos
han ganado mucha popularidad.
Sin
embargo, antes de adoptar a una mascota debemos preguntarnos qué es lo que
esperamos de ella y cuál es nuestro estilo de vida.
Los
perros necesitan que se les dedique tiempo para pasear y no se les puede dejar solos un fin
de semana. Los gatos no precisan
salir a la calle y pueden estar solos hasta tres días.
Es
esencial tener en cuenta estas diferencias antes de decantarnos por una mascota
u otra. Debemos cuestionarnos sobre el tiempo del que disponemos, si pasamos
mucho tiempo fuera de casa, si nos gusta hacer excursiones por el campo
acompañados de una mascota, si somos más bien sedentarios, si nos gusta viajar
y pasar varios días fuera de casa…Una vez nos hayamos respondido con sinceridad
a estas preguntas podremos decidir qué mascota se adapta mejor a nuestra
personalidad y estilo de vida.
Hay quien cree que puede atender a un perro y, sin embargo, el animal que
se adaptaría mejor a su dinámica vital es un gato. Todos los casos en los que
los adoptantes no escogen con cabeza al animal que se llevan a casa, derivan en
problemas de convivencia.
Si tenemos dudas entre adoptar un perro o un gato, es recomendable
reflexionar sobre los siguientes aspectos.
Los perros
son animales sociales que precisan interactuar mucho con sus dueños: hacer
actividades con ellos, sentirse integrados en la dinámica familiar y no estar solos demasiadas horas cada día. Si es usted una persona
ocupada, que dispone de poco tiempo o llega tarde a casa la mayoría de los días
y, además, vive sola, no es recomendable que adopte un perro, sino un gato.
Un perro necesita tres paseos diarios de una duración media de 30 minutos
cada uno, así pues debes preguntarte si estás dispuesto a cumplir con esta
rutina diaria, tanto si hace sol como si llueve, aunque estés cansado y te apetezca quedarte en
casa en el sofá. Si eres una persona sedentaria y no te gusta salir a pasear,
no deberías adoptar un perro.
Los perros no pueden quedarse dos o tres días solos en casa, como un gato,
así que si te gusta viajar, tendrás que pensar en alternativas como buscar
lugares donde acepten perros, dejarlo en una guardería canina o al cuidado de
amigos.
Por el contrario, un gato puede pasar hasta tres días sin sus dueños,
siempre y cuando se le deje comida y agua suficiente, así como una bandeja
higiénica preparada para hacer sus deposiciones. De hecho, en muchas ocasiones
los cambios de rutina les resultan traumáticos, como cambiar de domicilio
durante unos días en vacaciones. Así que si te gusta llevar a tu mascota
siempre contigo, sería mejor un perro.
Un gato no es tan social como un perro, es decir, por lo general, es más
independiente y necesita su propio espacio. El gato busca el contacto con sus
dueños cuando le apetece, lo que no siempre coincide con los momentos en que
estos quieren acariciarle o ponerle en su regazo.
Los gatos son muy dormilones. Duermen durante la mayor parte del día y los
hay que se muestran más activos de lo deseable por la noche.
El gato necesita y le gusta afilar sus uñas. En muchas ocasiones, lo hace
en el mobiliario de la casa (cortinas, sofás, alfombras).
El gato es el rey de la casa y lo dejará claro siempre que tenga ocasión,
así que si elige su sillón de lectura como lugar de descanso, olvídese de
sentarse más en él.
Una de las razones para decantarse por un gato como mascota es el
hecho de no tener que sacarle a la calle.
En resumen, los perros son mucho más sociables y disfrutan con las
excursiones y actividades fuera del ámbito doméstico, en compañía de sus
dueños. Así pues, si te gusta compartir
tiempo libre con una mascota fiel y cariñosa, el perro es la ideal para ti. En
cambio, en el perfil de persona a quien le convendría adoptar un gato encaja
más alguien con poco tiempo libre, que pasa mucho tiempo fuera de casa y que le
gusta el carácter y peculiaridades de los gatos.
En cualquier caso, perro o gato, una vez que se opta por adoptar a uno de
estos dos animales, lo importante es comprometerse para cuidarles durante el
resto de su vida, hacerles felices y respetar su naturaleza.