jueves, 19 de abril de 2012

AL OCULISTA




Con el buen tiempo, en los meses ya primaverales y más todavía en verano, recibimos visitas de muchos animales que piden ver al oculista. No es extraño pues comienzan los paseos, el sol, vientos con motas de polvo en suspensión, pólenes, bichillos.

Se sabe que los problemas alérgicos, sean estos graves o leves, son fuente de irritaciones conjuntivales, y no hay nada que provoque más alergias que la primavera. En esta estación proliferan numerosos insectos parasitarios de sobra conocidos (pulgas, garrapatas, piojos, mosquitos, lombrices…) además de ser las fechas en las que la atmósfera transporta mayor cantidad de pólenes, diversos y variados.

El ojo es asiento de infecciones por bacterias y virus (estos últimos provocan muchas inflamaciones corneales en los gatos sobre todo) da igual la época del año que consideremos; no obstante las infecciones de las organelas oculares se incrementan en número e intensidad si exponemos al ojo a sol, vientos y agentes alergénicos.

EL OJO ROJO

Forma descriptiva de resumir en un primer golpe de vista, el problema que tenemos entre manos.
El veterinario atiende un “ojo rojo” cuando el paciente muestra las conjuntivas irritadas, la córnea inflamada con o sin soluciones de continuidad en ella, la vascularización (venillas) de esclerótica y córnea engrosada, portando más sangre y, sobre todo por ser muy importante, nuestro animal nos demuestra un dolor intenso que incluso le lleva a guiñar “el” o “los” ojos afectados.

EXÁMEN OCULAR BÁSICO

Debemos conseguir determinar que partes del ojo están afectadas para conocer la raíz o causa de la lesión siempre que sea posible.
En ocasiones el causante del problema salta a la vista, nunca mejor dicho, como cuando lo que provoca las tremendas molestias es una espiguilla de cereal que nos está “mirando”  cuando enfocamos con el oftalmoscopio o una simple luz directa; agazapada en un costado del globo ocular.
En otras circunstancias se hace necesaria la utilización de elementos diagnósticos que nos ayuden a establecer la gravedad de las lesiones, y sus orígenes con la mayor seguridad.

La primera exploración visual, sin luz directa, nos ayudará a situar la lesión, si ésta influye o no en el propio globo ocular o por contra sólo afecta a estructuras anejas tales como párpados, conjuntiva parietal o pestañas.
Si afecta a globo ocular veremos si tiene que ver con un proceso ulcerativo de córnea, si hay o no secreciones purulentas,  si parece existir o no posibilidad de disminución de cantidad o calidad lagrimal…

Con una luz directa nos aseguramos de que el iris funciona correctamente, si hay buena contracción pupilar al estimular el ojo con el haz de luz o por el contrario no hay buena respuesta y la pupila se observa más grande o más pequeña de lo esperable. Además tomamos nota de la forma del propio iris y de si la opacidad de la córnea y de la cámara anterior del ojo está dentro de la normalidad.

Es muy conveniente que nos aseguremos de que el ojo está correctamente bañado por la película lagrimal, si hay suficiente cantidad de lágrima o no la hay. Para conseguirlo nos valemos de tiras milimetradas de papel absorbente que apoyamos sobre el saco conjuntival del animal, son las tiras de Schirmer

La integridad del epitelio corneal, del “cristal del ojo” propiamente dicho, la pondremos a prueba con tinciones específicas de la córnea: una gota de fluoresceína o rosa de bengala nos pondrá de manifiesto una heridilla o úlcera en la córnea que deberemos tratar con el máximo cuidado para que no cause graves defectos en las estructuras del ojo.

La presión intra-ocular, lo que conocemos como “tensión en los ojos”, nos desvelará si los fluidos de dentro del ojo se producen o drenan con alguna dificultad y existiera peligro de pérdida de funcionalidad del órgano.

El ojo es un todo, con numerosas partes, con numerosas causas de malfuncionamiento, pero cuyo examen nos procurará una visión de conjunto que, en primer lugar establecerá un diagnóstico del problema, en segundo lugar hará posible un diseño del tratamiento y por último dará un pronóstico orientativo del restablecimiento de nuestro animal.


Para mas información pregunta a tu veterinario

Nos puedes localizar en:

CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS DE HUESCA
Calle Teruel, nº 37 HUESCA                        Tlfno: 974226250 Fax: 974226250
Paseo Lucas Mallada, nº 54 HUESCA          Tlfno: 974244236 Fax: 974244236
urgencias: 608 03 81 29    
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