lunes, 16 de marzo de 2009

TODOS A LA MESA (articulo del CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS HUESCA para Diario del Altoaragon)




TODOS A LA MESA




Los perros de raza pequeña -Yorkshire, Caniche, Pomerania, Bichón, Shih tzu, Lhassa, Schnauzer mini..., y cruces diversos- están bastante en auge debido a su tamaño cómodo para vivir en una ciudad.


Los cachorros se hacen adultos en 7-9 meses y nunca superan los 10 kilos cuando han completado su desarrollo, excepción hecha de las razas toy o miniatura cuyos individuos a veces se quedan entorno al kilo de peso.


El crecimiento de los cachorros de raza pequeña se da sobre todo durante los primeros 6 meses de edad, presentando una ganancia media diaria de peso de unos 20 gramos. Cuando alcanzan el tamaño adulto habrán multiplicado por 20 su peso de nacimiento. Este crecimiento es mucho más rápido que el de los perros de raza grande, éstos continúan su desarrollo hasta los 24 meses aproximadamente si se trata de un animal gigante como el Dogo Alemán o el San Bernardo, si bien los de raza grande como el pastor Alemán o el Rottweiler ya tienen todo su tamaño al año y medio de edad.


Por experimentar este crecimiento trepidante y a causa de su metabolismo, por lógica tan alto, los cachorritos de razas pequeñas poseen unos requerimientos de energía y proteínas comparativamente muy elevados.


Necesitan mayores niveles de calcio, y fósforo en proporción que las razas de mayor tamaño, para favorecer su crecimiento y el desarrollo de huesos, músculos, dientes, etc.


Debemos, no obstante, considerar la especial anatomía de estos ejemplares: poseen una cavidad bucal y unos dientes en consonancia con su tamaño y no son capaces de ingerir ni masticar grandes piezas de alimento; deben ser alimentados con una dieta seca cuyas partículas sean lo suficientemente pequeñas como para poder ser aprehendidas, pero no escesivamente minúsculas y de esa manera favorecer la masticación.

MASTICACIÓN Y DIGESTIÓN


El proceso de masticado de los alimentos mejora su posterior digestión, además de favorecer la sensación de saciedad para evitar la sobrealimentación del cachorro que, en ocasiones, no sabe dosificarse y come con ansia excesiva.


Los cachorros de razas pequeñas poseen un estómago pequeño, con lo que deben ser alimentados varias veces al día con un producto adecuado para ellos, con elevada densidad de energía metabolizable para que puedan obtener todos los nutrientes y energía que requieren; además como ocurre en todos los animales jóvenes, el aparato digestivo está insuficientemente desarrollado y la dieta, además de una elevada densidad calórica, ha de tener una óptima digestibilidad para favorecer la digestión y asimilación de nutrientes, evitando de esta manera diarreas y vómitos. Es comprensible que si no fueran fácilmente digestibles –lo que se consigue con ingredientes de buena calidad, bien conservados- los alimentos muy calóricos provocarían diarreas profusas al captar mucha agua en el tránsito intestinal.


La capacidad gástrica de un cachorrín no es lo bastante grande como para albergar la comida necesaria para cubrir sus necesidades diarias en una sola toma. Esto hace que deban alimentarse al menos tres veces al día mientras sus necesidades calóricas por kilo empiezan a disminuir, lo que ocurre a medida que el individuo madura.


La frecuencia de tomas puede reducirse a dos con 5 meses de edad, y una toma diaria y que él se regule a partir de los 6-8 meses

RIESGOS DE LOS CACHORROS

Los dos grandes riesgos de los perros jóvenes y sobre todo los de raza pequeña, son la hipotermia y la hipoglucemia, dos procesos que si no se controlan a tiempo pueden suponer la muerte del individuo.


La hipotermia es un descenso anormal de la temperatura por debajo de los 37 ºC que si se mantiene demasiado tiempo puede causar graves lesiones e incluso la muerte. Debemos actuar con rapidez y proporcionar calor al cachorro, ya sea con mantas y aplicando bolsas de agua caliente y calefactores o aplicando sueros templados con vía si el animal está más grave. Los riesgos son mucho mayores en animales que no gozan del calor de la madre que es un extraordinario calefactor natural.


La hipoglucemia se produce cuando los niveles de glucosa -azúcar- en sangre bajan por debajo del nivel necesario para la supervivencia. La advertimos con frecuencia en perros de raza pequeña desde el momento del destete hasta los 4 meses de edad, se conoce como Hipoglucemia Juvenil Transitoria. Se produce en cachorros y no en adultos porque su masa muscular e hígado (naturales reservorios de glucosa) son de menor tamaño, pero no así su cerebro, que posee un peso superior en proporción al resto del cuerpo que en los animales de más edad. Sabemos que el órgano del cuerpo que más glucosa consume es el cerebro, por tanto el balance entre lo que se produce y lo que se consume está en riesgo de déficit. Si el cachorro no ingiere una dieta de fácil digestibilidad y metabolización, o si no es alimentado con suficiente frecuencia, puede padecer un ataque hipoglucémico que se caracteriza por debilidad, confusión, convulsiones...Simplemente con proporcionar alimento se revierten los signos, excepto en casos graves, en los que es necesario administrar glucosa por vía intravenosa.


En la mayoría de los casos se requiere atención veterinaria para solucionar estos dos problemas.
También debemos controlar de manera especial la dentición. Un alimento seco adecuado debe proporcionar a estos animales una óptima relación entre las concentraciones de dos minerales, el calcio y el fósforo, para un correcto desarrollo de los huesos y de los dientes.
Debemos prestar atención al cambio de los dientes de leche por los permanentes, dado que estas razas presentan una mayor incidencia de retención de colmillos de leche que otras de mayor tamaño, con la consiguiente deformación de las arcadas dentarias y posible aparición y asentamiento de las placas de sarro.


Si el perro no elimina los dientes de leche cuando aparecen los definitivos, es necesario que el veterinario los extraiga. Por eso es importante que puedan masticar alimentos duros y bastones de limpieza dental en las primeras etapas del crecimiento.


Es de vital importancia también en estos cachorros la concentración de los ácidos grasos Omega 3, puesto que ayudan a la correcta evolución del sistema nervioso y del sentido de la vista, desde antes de nacer y después del nacimiento. Dichos ácidos grasos tienen un papel importante en la formación del pelo y de la piel (especialmente en razas como el Yorkshire, Maltés, Pomerania y las de pelo largo en general), además de intervenir en funciones tan importantes como la renal y la reproductora.

Las conclusiones importantes a las que llegamos son que, si bien la alimentación con un adecuado alimento seco es muy conveniente en cualquier tipo de perro o gato, lo es más si se trata de un cachorro y por descontado sabiendo que cada tipo de raza, sea ésta Gigante, Grande o Pequeña tiene diferentes necesidades que vienen determinadas por ser muy distintas entre sí.





Articulo del Centro Veterinario Los Olivos Huesca para Diario del Altoaragon

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