Más propios del perro
que del gato, aunque no son descartables del todo en la especie felina, el
dueño experimentado en estos asuntos ya advierte que cuando su amigo se mira,
intenta mitigar molestias en la retaguardia con el hocico e incluso arrastra el
trasero por el suelo como si se desplazara en un trineo por la nieve, es que
algo muy molesto le ronda por las zonas que circundan el esfínter anal.
Y tiene toda la razón
Parece ser un
conocimiento común en el acervo popular el de que cuando un perro arrastra el
culillo por el césped o por el asfalto es que tiene lombrices intestinales, sin
posibilidad ni margen para el error.
Pues bien, aunque en el
caso de que el animal tenga lombrices es posible que en algunas ocasiones éste
padezca prurito anal y como consecuencia de ello intente paliarlo con el
rascado contra el suelo; no es menos
cierto que cuando este síntoma se presenta son más las veces en que es
expresión de otros asuntos que afectan a tan delicada zona anatómica.
Inflamaciones de las
glándulas perianales, por diversas causas que esbozaremos; o bien dolores en el
diafragma pélvico que son origen de las temidas hernias perineales (no tan
proclives a ocasionar esta picazón que hemos descrito en el perro, sino en este
último caso abultamientos
característicos bajo el nacimiento del rabo de nuestro animal).
Las inflamaciones de la
glándula perianal pueden ser ocasionadas por impactaciones o llenado excesivo
de la misma con el líquido que periódícamente debe ser vaciado en el acto de la
defecación. Un líquido de fuerte y desagradable olor que sirve tanto para
ahuyentar enemigos como para dotar del aroma característico de cada individuo a
las heces. Es el olor individual que averiguan los perros cuando al conocerse
entre ellos olfatean en el ano del congénere.
Hay dos glándulas o
bolsitas bajo la piel del ano de los perros, una a cada lado y muchos dueños ya
saben que a veces pican y llegan a ocasionar por infección incluso fístulas u
orificios que drenan esa especie de pus que de otra forma no puede ser
evacuado.
También pueden enfermar
estas glándulas por defectos en el sistema inmunitario, característico de razas
o cruces del Pastor Alemán como raza más perjudicada aunque no en exclusiva, lo
que da lugar a la Forunculosis perianal. Es una versión gigantesca de la
fistulización del periano, con grandes fisuras que requieren tratamiento
crónico.
Otro asunto bien
diferente son los defectos en la musculatura que circunda el ano que con la
edad de nuestros amigos se van deteriorando, sobre todo si son machos ya que
parece ser que son problemas conectados con los andrógenos y que producen las
Hernias perianales.
Son abultamientos que
se producen al abrirse esta musculatura y dejar pasar a su través alguna
porción de vísceras como puedan ser la vejiga urinaria o asa intestinal, e
incluso la próstata.
Este es un problema
mayor que en casi todos los casos requiere cirugía reparadora
Piensen que cuando un
animal se rasca o se “mira” la parte posterior de su cuerpo no siempre nos
quiere decir que lo desparasitemos.
Desparasitar a nuestro
animal con vermífugos es otra medida que no debemos descuidar.
Para mas información pregunta a tu veterinario
Nos puedes localizar en:CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS DE HUESCA
Calle Teruel, nº 37 HUESCA Tlfno: 974226250
Paseo Lucas Mallada, nº 54 HUESCA Tlfno: 974244236
urgencias: 608 03 81 29
http://centroveterinariolosolivos.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario