En esta ocasión nos gustaría hablar sobre la alimentación de nuestros animales domésticos, evitaremos en todo momento dirigirnos a dar marcas comerciales más o menos buenas pero si trataremos los aspectos fundamentales que deben cumplir los compuestos.
En primer lugar la eterna discusión, pienso o comida casera, para ellos debemos asumir que un animal al igual que un niño humano no es consciente de lo que es una sana y completa alimentación comiendo quizá con más animo y gracia precisamente lo que es menos saludable. Desde el punto de vista veterinario la única alimentación de garantías es el compuesto animal en formato seco o húmedo, para ello nos basamos en estudios alimenticios que denotan los requerimientos animales que deben tomarse en la dieta, así nos servirán de ejemplo los aminoácidos esenciales, dichos elementos son los eslabones que componen las proteínas y que no pueden ser sintetizados por el propio cuerpo por lo que deben ser incluidos en la alimentación, estos son distintos según las especies por lo que un gato/perro que lleve una alimentación perfectamente graduada por un nutricionista para un humano estará malnutrido al no ser exactamente igual los requerimientos humanos que los animales.
Pero cuidado, no nos gustaría inducir a error cuando hablamos de malnutrición, en ningún caso el animal morirá de inanición pero si que se verá comprometido en su desarrollo y en su nivel de defensas y protección frente a agentes agresores externos, para hacernos una idea nos volverá a servir de ejemplo la especie humana, antiguamente las personas subsistían con lo que podían llevarse a la boca y seguían hacia delante pero evidentemente su salud y longevidad no era tan elevada como lo es en la actualidad gracias a las nutriciones (por otra parte cada vez menos frecuentes) saludables.
El gusto y apetito por el pienso puede ser muy variable en los animales, en algunos casos después de probar la comida casera no suelen ser muy cariñosos por sus “bolas” dado que la palatabilidad y sabor es menor, aun así debemos insistir en ponerles el alimento a su disposición durante un tiempo limitado para que le hagan aprecio estando contraindicado que este todo el día puesto en el plato. Recordar también que un animal domestico puede estar perfectamente sin comer un día entero y que en la naturaleza no es habitual que alguien muera de hambre porque no le guste la comida. Debemos ser firmes y no humanizar sus caprichos o necesidades cediendo al final del día cuando vemos que no ha probado bocado.
Una vez que conseguimos que el animal coma comida para animales llega el momento de elegir el más adecuado, para ello hay una amplia gama en el mercado debiendo seguir las instrucciones de los fabricantes proporcionando la más adecuada según edad y raza. A la hora de elegir entre las distintas calidades que ofrece el mercado debemos de entre lo que nos permita la situación de cada uno aplicar el sentido común y sabiendo en todos los casos lo que compramos siendo conscientes de que todo tiene su precio y que no hay marcas que den piensos muy muy buenos a precios muy muy bajos, así sabiendo las cualidades del alimento el veterinario podrá aconsejar a los propietarios la posibilidad de complementar la dieta en algunos momentos puntuales ante situaciones que requieran mas aportes para evitar aspectos negativos en la salud del mismo.
Señalar para acabar la existencia de comidas balanceadas para prevenir o tratar posibles problemas como pueden ser piensos especialmente formulados para animales castrados o con problemas urinarios, digestivos, alérgicos, artríticos…. Siendo en todos los casos un profesional cualificado quien prescriba y recomiendo su uso aclarando que la eficacia del mismo se ceñirá a lo estricto que sea cada uno con el seguimiento del tratamiento puesto que la eficacia de ellos disminuye considerablemente cuando se mezcla, alterna su uso o se da sin motivo aparente.
Así a modo de conclusión decir que la comida ideal para un animal se consigue con la mezcla de lo que al dueño, animal y nutricionista le gusta, pidiendo consejo o asesoría de quien esté capacitado para ello, debiendo ser en todo caso conscientes y consecuentes de la decisión que tomamos para estar prevenidos respecto todas las consecuencias que ello tenga en la salud de nuestro compañero.
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