SOCIEDADES CANINAS

No es que pueda decirse que la organización social de los perros sea idéntica a las sociedades de primates, grupo de especies a las que pertenecemos los humanos; no es para tanto; pero no se puede negar que las sociedades de perros, sobre todo los cánidos de vida salvaje, demuestran unas conductas que las hacen afines a las sociedades de monos y primates y por extensión a las mucho más complejas sociedades humanas.

Seguramente por eso desde hace decenas de miles de años, en el momento en que los hombres ancestrales y algunos grupos lobunos se mezclaron por primera vez, no han dejado de cooperar en muchas facetas, no ya sólo en las labores económicas tales como el pastoreo o la vigilancia, sino también en el desarrollo lúdico y más modernamente incluso afectivo.

Relación intraespecífica hombre-perro

Son muy distintas las razas de perros actuales entre sí, seleccionadas como están según las multiples cualidades que han interesado al Homo Sapiens, sean éstas las bien logradas aptitudes de caza, o bien las cualidades para la guardia o sin ir más lejos las características físicas adecuadas para la tenencia en los pisos que ahora se considera tan esencial en muchos países del mundo-tamaño no muy grande, docilidad y sociabilidad, simpatía...-

En todas las variedades caninas existe una cualidad sin la cual no habrían prosperado junto al hombre hasta los tiempos actuales y esa es la capacidad para la inteligencia, para el entendimiento, con nosotros. Ellos nos entienden a nosotros y también se hacen entender por nosotros. Nos conocemos suficientemente.

La mímica e incluso los distintos tipos de vocalizaciones son expresiones que nos resultan familiares. Nosotros las utilizamos en nuestras relaciones interpersonales y los perros también las usan a la manera de un lenguaje “no verbal” porque como ya habrán notado el perro todavía no habla, no obstante consiga que lo comprendamos.

Un perro se comporta en el entorno familiar como si la propia familia estuviera formada por otros canes, estableciéndose en un lugar que deseablemente será el más sumiso hacia todos los miembros del grupo, si bien esta circunstancia a veces no la logra con facilidad si su carácter tiende a la dominancia y es entonces cuando deben tomarse medidas de adiestramiento y corrección de malas conductas que puedan ser muy lesivas tanto para los miembros de la familia que lo acoje como para el propio perro que en ocasiones pone muy difícil su integración. Si se piensa bien también hay conductas entre humanos que pueden ser muy antisociales, por tanto es la otra cara de la misma moneda.

No todo es competir...

...Ni mucho menos. Como podemos leer cada vez en más artículos del ámbito científico en referencia a las personas, se comprueba que el espíritu de colaboración, cooperativo en los primates antiguos fué una de las claves para que se llegara a la actual especie humana. Parece claro que es una cualidad de especie seleccionada positivamente en las distintas generaciones, que favorece el éxito reproductivo de los grupos o individuos que la muestran.

De la misma forma sucede en el lobo –los grupos más eficaces en la cooperación sacan más hijos adelante, como explicaremos en un ejemplo posteriormente-. Y no menos claramente en el perro en su relación con el hombre, dado que la vida del can será tanto más próspera cuanto más coopere en su relación con el humano.

Una prole bien atendida

Conocido es el llamado “embarazo sicológico” que aparece tras el celo sexual de muchas perras. No es más que un proceso adaptativo de especie.

Si tras el celo estacional de un grupo de canes las hembras desarrollan un embarazo sicológico, significa que hay muchas más hembras con el instinto maternal para ejercer los cuidados a los hijos de las que hayan parido de verdad. Los cachorros tendrán otras madres que cuiden de ellos cuando las suyas hayan ido de caza e incluso dispondrán de leche en abundancia aunque no se la dé su verdadera madre. Porque el embarazo sicológico, esto lo saben los propietarios y propietarias de numerosas perras, provoca una bajada de leche en al animal.

Parece poco discutible que los grupos formados por numerosas hembras con esta capacidad, que no es una enfermedad en sí misma, tendrán proles más fuertes y numerosas, que a su vez darán también más individuos a la especie. Es el ciclo reproductivo.

Los perros y los humanos nos hemos llevado bien y lo seguiremos haciendo durante mucho tiempo porque, a pesar de ser dos especies distintas, formamos dos especies claramente sociales.

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