viernes, 27 de marzo de 2009

LA GESTACIÓN EN LA PERRA (articulo del Centro Veterinario Los Olivos de Huesca para Diario del Altoaragón)



LA GESTACIÓN EN LA PERRA



Cuando decidimos que es el momento de cruzar a nuestra perra es importante conocer algunos detalles de la gestación. Es importante no sólo cuando la preñez ha sido programada sino también cuando nuestra mascota por “accidente” se ha quedado preñada y se decide no poner ningún tratamiento para interrumpir la gestación. En el momento en que la perra acepta al macho, tras la monta y siempre y cuando se haya producido la fecundación, se inicia la gestación.

Es complicado determinar con exactitud la duración real de la gestación de la perra, debido a la diferencia entre el momento de celo de la perra y el verdadero momento de la concepción de la misma. En general, se habla de un periodo normal de gestación de 58-72 días desde el primer apareamiento. Este diferencia de intervalo se explica entre otras razones por la duración de la viabilidad de los espermatozoides en el aparato reproductor de la hembra que puede ser desde hasta 11 días. Así, el momento de la monta y de la fecundación no tiene porque ser en el mismo día. La duración de la gestación también depende de la raza, de la edad de la perra, del tamaño de la camada y del tamaño fetal; gestaciones con poco número de fetos suelen ser más largas que con gestaciones de más de cinco fetos. Todo ello acompaña la dificultad de predecir el momento exacto en el que va a tener lugar el parto.

Los signos al final de la gestación tampoco ayudan mucho a orientarnos en la proximidad del parto puesto que también depende de diversos factores como los partos previos de la perra, el número de fetos, el tamaño de los cachorros, etc.

En el último tercio de gestación, la perra va a incrementar su peso y la forma de su cuerpo puesto que es en este periodo cuando el desarrollo de los fetos es máximo. También durante este periodo puede observarse un incremento un incremento de las mamas y del tamaño de los pezones.

Para confirmar la gestación de nuestra perra a nivel clínico podemos recurrir a diversos métodos diagnósticos. Se puede realizar una ecografía sobre el día 30 para poder confirmar la presencia de fetos. También mediante un estudio radiográfico si bien nos tenemos que ir al día 45-50 de gestación momento en que se puede observar la osificación de los fetos. La palpación abdominal a partir de las 3-4 semanas de gestación es otra forma de determinar la gestación si bien el tamaño de la perra y de los fetos puede llevar a complicar el diagnóstico y a dar falsos resultados.

Durante la gestación, el animal debe llevar una vida normal. Se deben mantener sus paseos diarios, si bien es aconsejable en las últimas semanas limitar ejercicios muy enérgicos o bruscos. Al final de la gestación, los requerimientos energéticos del animal serán superiores puesto que el crecimiento de los cachorros es importante por lo que es conveniente incrementar la ración. También se aconseja preparar una zona tranquila para el momento del parto y posterior amamantamiento de los cachorros.

Por último señalar que muchas veces nos encontramos con gestaciones no deseadas. En este caso se puede utilizar tratamiento farmacológico o quirúrgico (en este último acompañado de la castración del animal) para interrumpir la gestación. En cualquier caso debemos hablar y valorar con el veterinario cualquier situación.


CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS
C/ Teruel, 37
22.005-HUESCA
teléfono: 974 22 62 50


CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS
Paseo Lucas Mallada,54
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teléfono: 974 244236

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viernes, 20 de marzo de 2009

LEUCEMIA FELINA. (articulo del CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS HUESCA para Diario del Altoaragon)



LEUCEMIA FELINA


La leucemia felina es una enfermedad grave, originada por un retrovirus denominado Virus de la Leucemia Felina (FeLV). Este virus es responsable de formaciones tumorales de gravedad, así como también de predisponer a infecciones secundarias.
Es una infección distribuida mundialmente que afecta principalmente a gatos que viven en libertad o en grupos, con una ligera predisposición en machos en edad entre 1 a 6 años.

La vía de contagio más habitual es el contacto con la saliva infectada, por el lamido, estornudos o mordiscos durante las peleas, pero el virus también puede ser eliminado por sangre, leche, heces y orina. Las hembras pueden infectar a sus gatitos antes de nacer así como en el transcurso de la lactancia. En general, los gatos pequeños (en particular antes de los cuatro meses) presentan una respuesta inmunitaria muy débil y, por tanto, son extremadamente receptivos a la contaminación.
El virus de la leucemia felina no perdura en el entorno. Es vulnerable a todos los desinfectantes y detergentes normales, y la transmisión mediante objetos o aerosoles (partículas suspendidas en el aire) es poco probable.

Los síntomas de la leucemia felina, pueden ser muy variados, incluso hay gatos que pueden no presentar síntomas durante un largo periodo después de la infección. Tras el contacto con el virus, se pueden dar 3 formas clínicas: forma autolimitante, forma latente o forma activa.
La forma autolimitante no causa enfermedad, en este caso las defensas del individuo son eficaces y logran acabar con los virus que han entrado en el organismo. Permanecerán sanos y resistirán nuevas infecciones. Ocurre en el 40-60% de los gatos.
La forma latente se origina cuando el virus no es neutralizado del todo y se aloja en la médula ósea del animal, sin dar síntomas, pero está expuesto a que factores como el estrés, infecciones o gestaciones, activen la enfermedad. Estos gatos pueden contagiar a otros durante varios años sin padecer ningún síntoma.
La forma activa ocurre en alrededor de un tercio de los animales que se infectan. Los más propensos son los gatitos de pocos meses o los animales bastante mayores. Se crean unos síntomas muy espectaculares y casi siempre fatales en habitualmente poco tiempo.
Entre los síntomas más frecuentes, nos podemos encontrar la formación de tumores en cualquier parte del organismo, leucemias, anemia, enfermedad hepática o intestinal, trastornos de la reproducción, abortos, mortalidad neonatal, así como problemas relacionados con el sistema inmunitario. Además, los gatos afectados por el virus son más vulnerables a infecciones secundarias.


La mejor forma de combatir la leucemia felina, es la prevención. Cuando queramos introducir a un gatito nuevo en casa, más especialmente si ya tenemos otro gato, debemos llevarle al veterinario para que le haga un test y compruebe que no está infectado de Leucemia Felina, de este modo conseguiremos identificar los gatos positivos y no introducir individuos infectados en lugares donde haya gatos sanos.

La vacunación protege en gran medida contra el virus, por lo tanto, debemos de tener vacunado a nuestro gato, y revacunarle anualmente.
Hay varios tratamientos que se ha propuesto contra el virus de la leucemia felina, pero desgraciadamente, a día de hoy no parecen eliminar el virus. Se pueden administrar tratamientos de soporte contra las enfermedades secundarias que presente el gato, que en cada caso, deben evaluarse individualmente.
Un gatito positivo al virus de la leucemia felina, es fuente de infección para otros gatos, y padece una enfermedad de la que debemos ser conscientes. Como ya hemos comentado, algunos animales pueden ser positivos sin desarrollar la enfermedad. La leucemia felina no se transmite a las personas, pero sí a otros gatos, por lo que no debe estar en contacto con ellos ni compartir fuentes de agua y comida. Será un gato con mayor probabilidad de padecer enfermedades, pero si lo asumimos y somos responsables, podrá vivir con nosotros y tener una vida prácticamente normal.
CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS
Natalia Calvo Pesini
Carlos Malo Betoré
Raúl Cajal Serrano
Sergio Lanuza Sancerni
Inmaculada Palacín Arizón

lunes, 16 de marzo de 2009

TODOS A LA MESA (articulo del CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS HUESCA para Diario del Altoaragon)




TODOS A LA MESA




Los perros de raza pequeña -Yorkshire, Caniche, Pomerania, Bichón, Shih tzu, Lhassa, Schnauzer mini..., y cruces diversos- están bastante en auge debido a su tamaño cómodo para vivir en una ciudad.


Los cachorros se hacen adultos en 7-9 meses y nunca superan los 10 kilos cuando han completado su desarrollo, excepción hecha de las razas toy o miniatura cuyos individuos a veces se quedan entorno al kilo de peso.


El crecimiento de los cachorros de raza pequeña se da sobre todo durante los primeros 6 meses de edad, presentando una ganancia media diaria de peso de unos 20 gramos. Cuando alcanzan el tamaño adulto habrán multiplicado por 20 su peso de nacimiento. Este crecimiento es mucho más rápido que el de los perros de raza grande, éstos continúan su desarrollo hasta los 24 meses aproximadamente si se trata de un animal gigante como el Dogo Alemán o el San Bernardo, si bien los de raza grande como el pastor Alemán o el Rottweiler ya tienen todo su tamaño al año y medio de edad.


Por experimentar este crecimiento trepidante y a causa de su metabolismo, por lógica tan alto, los cachorritos de razas pequeñas poseen unos requerimientos de energía y proteínas comparativamente muy elevados.


Necesitan mayores niveles de calcio, y fósforo en proporción que las razas de mayor tamaño, para favorecer su crecimiento y el desarrollo de huesos, músculos, dientes, etc.


Debemos, no obstante, considerar la especial anatomía de estos ejemplares: poseen una cavidad bucal y unos dientes en consonancia con su tamaño y no son capaces de ingerir ni masticar grandes piezas de alimento; deben ser alimentados con una dieta seca cuyas partículas sean lo suficientemente pequeñas como para poder ser aprehendidas, pero no escesivamente minúsculas y de esa manera favorecer la masticación.

MASTICACIÓN Y DIGESTIÓN


El proceso de masticado de los alimentos mejora su posterior digestión, además de favorecer la sensación de saciedad para evitar la sobrealimentación del cachorro que, en ocasiones, no sabe dosificarse y come con ansia excesiva.


Los cachorros de razas pequeñas poseen un estómago pequeño, con lo que deben ser alimentados varias veces al día con un producto adecuado para ellos, con elevada densidad de energía metabolizable para que puedan obtener todos los nutrientes y energía que requieren; además como ocurre en todos los animales jóvenes, el aparato digestivo está insuficientemente desarrollado y la dieta, además de una elevada densidad calórica, ha de tener una óptima digestibilidad para favorecer la digestión y asimilación de nutrientes, evitando de esta manera diarreas y vómitos. Es comprensible que si no fueran fácilmente digestibles –lo que se consigue con ingredientes de buena calidad, bien conservados- los alimentos muy calóricos provocarían diarreas profusas al captar mucha agua en el tránsito intestinal.


La capacidad gástrica de un cachorrín no es lo bastante grande como para albergar la comida necesaria para cubrir sus necesidades diarias en una sola toma. Esto hace que deban alimentarse al menos tres veces al día mientras sus necesidades calóricas por kilo empiezan a disminuir, lo que ocurre a medida que el individuo madura.


La frecuencia de tomas puede reducirse a dos con 5 meses de edad, y una toma diaria y que él se regule a partir de los 6-8 meses

RIESGOS DE LOS CACHORROS

Los dos grandes riesgos de los perros jóvenes y sobre todo los de raza pequeña, son la hipotermia y la hipoglucemia, dos procesos que si no se controlan a tiempo pueden suponer la muerte del individuo.


La hipotermia es un descenso anormal de la temperatura por debajo de los 37 ºC que si se mantiene demasiado tiempo puede causar graves lesiones e incluso la muerte. Debemos actuar con rapidez y proporcionar calor al cachorro, ya sea con mantas y aplicando bolsas de agua caliente y calefactores o aplicando sueros templados con vía si el animal está más grave. Los riesgos son mucho mayores en animales que no gozan del calor de la madre que es un extraordinario calefactor natural.


La hipoglucemia se produce cuando los niveles de glucosa -azúcar- en sangre bajan por debajo del nivel necesario para la supervivencia. La advertimos con frecuencia en perros de raza pequeña desde el momento del destete hasta los 4 meses de edad, se conoce como Hipoglucemia Juvenil Transitoria. Se produce en cachorros y no en adultos porque su masa muscular e hígado (naturales reservorios de glucosa) son de menor tamaño, pero no así su cerebro, que posee un peso superior en proporción al resto del cuerpo que en los animales de más edad. Sabemos que el órgano del cuerpo que más glucosa consume es el cerebro, por tanto el balance entre lo que se produce y lo que se consume está en riesgo de déficit. Si el cachorro no ingiere una dieta de fácil digestibilidad y metabolización, o si no es alimentado con suficiente frecuencia, puede padecer un ataque hipoglucémico que se caracteriza por debilidad, confusión, convulsiones...Simplemente con proporcionar alimento se revierten los signos, excepto en casos graves, en los que es necesario administrar glucosa por vía intravenosa.


En la mayoría de los casos se requiere atención veterinaria para solucionar estos dos problemas.
También debemos controlar de manera especial la dentición. Un alimento seco adecuado debe proporcionar a estos animales una óptima relación entre las concentraciones de dos minerales, el calcio y el fósforo, para un correcto desarrollo de los huesos y de los dientes.
Debemos prestar atención al cambio de los dientes de leche por los permanentes, dado que estas razas presentan una mayor incidencia de retención de colmillos de leche que otras de mayor tamaño, con la consiguiente deformación de las arcadas dentarias y posible aparición y asentamiento de las placas de sarro.


Si el perro no elimina los dientes de leche cuando aparecen los definitivos, es necesario que el veterinario los extraiga. Por eso es importante que puedan masticar alimentos duros y bastones de limpieza dental en las primeras etapas del crecimiento.


Es de vital importancia también en estos cachorros la concentración de los ácidos grasos Omega 3, puesto que ayudan a la correcta evolución del sistema nervioso y del sentido de la vista, desde antes de nacer y después del nacimiento. Dichos ácidos grasos tienen un papel importante en la formación del pelo y de la piel (especialmente en razas como el Yorkshire, Maltés, Pomerania y las de pelo largo en general), además de intervenir en funciones tan importantes como la renal y la reproductora.

Las conclusiones importantes a las que llegamos son que, si bien la alimentación con un adecuado alimento seco es muy conveniente en cualquier tipo de perro o gato, lo es más si se trata de un cachorro y por descontado sabiendo que cada tipo de raza, sea ésta Gigante, Grande o Pequeña tiene diferentes necesidades que vienen determinadas por ser muy distintas entre sí.





Articulo del Centro Veterinario Los Olivos Huesca para Diario del Altoaragon

miércoles, 11 de marzo de 2009

SALUDOS DESDE EL CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS HUESCA

Tu veterinario es la persona que mejor se informará sobre el cuidado de la salud de tu mascota y tu relación con él.  En este blog intentaremos ir informándote de algunos consejos generales sobre tus perros, gatos y otras mascotas.  Te contaremos las pautas de vacunación y la prevención de diversas enfermedades y el control de parasítos internos y externos. También te contaremos curiosades relacionadas con el mundo animal.