viernes, 22 de junio de 2018

UNA HISTORIA DE PERROS Y PISCINAS







Llega el verano y con él viene el calor, lo que provoca unas ganas enormes de un chapuzón que nos refresque “cuerpo y alma”. Los más afortunados podrán acercarse a una playa cercana, a algún río/pantano próximo o tendrán piscina propia, para el resto de personas con mascota por desgracia aun son pocas las piscinas que admiten mascotas pero empieza a haber un goteo de ellas donde se permite la entrada, vayamos donde vayamos a bañarnos con nuestro perro debemos seguir unos fáciles consejos para evitar que el día acabe en un susto.

El primero y mas importante es la seguridad, debemos solo ir a piscinas o lugares donde el animal pueda salir andando, recordar que nuestro animal no puede agarrarse a nada por lo que bordes del lugar de baño son una trampa mortal para ellos, habiendo que colocar escaleras, rampas… por las que puedas ascender, sobretodo esto es importante en estanques privados donde el perro puede llegar al agua sin estar nosotros presentes.

También tenemos que pensar en la protección solar, sobretodo para animales tuyo pelaje ha sido modificado en peluquerías o tienen alguna enfermedad por la que la densidad es menor, puesto que estarían expuestos a la luz ultravioleta debiendo como mínimo proteger la piel con protectores solares específicos que van entrando en el mercado habitual de mascotas.

Tras tener la infraestructura adecuada debemos pensar en algunas otras cosas, como que el agua sea adecuada, sobretodo si añadimos compuestos como el cloro para higienizarla pues la piel del perro es distinta a la del humano, por lo que debemos consultar la tolerancia y dilución del químico con nuestro suministrador de productos para la piscina. Del mismo modo evitaremos aguas demasiado sucias o estancadas cuya escasa salubridad puede llegar a dar problemas serios.


Durante el baño no premiar al animal con nada que no sean buenas palabras, si es la primera vez que entra al agua no debemos acariciarle ni cogerle, eso le generará incertidumbre y miedo, los perros por instinto tienen la capacidad de saben nadar, pero hay algunos que de mover las patas a realmente nadar llevan un trecho, por lo que primero es vigilar efectivamente sea autónomo dentro del agua y después no tenemos que forzar ese instinto complicándoles nosotros la actuación. Tampoco se deberán dar premios comestibles, pues el intentar comer a la vez que nada puede dificultar la deglución, además que debemos respetar también las humanamente conocidas como “horas de digestión” para evitar acalambramientos o dolores digestivos.

Tras acabar el baño si este ha sido en piscina clorada debemos al igual que nosotros quitarnos el agente químico mediante un aclarado de agua dulce para evitar problemas dérmicos, lo mismo si ha sido en pantanos o incluso playas donde entre chapuzones el animal al retozar se llene de tierra, arena... De la misma forma debe ser secado, bien de forma natural al sol con las precauciones antes mencionadas o con toallas, secadores de pelo… para evitar malos olores, crecimientos de bacterias u hongos y sobretodo evitar que el animal entre o permanezca mojado en lugares fríos o con diferencia térmica considerable como puede ser una casa o coche con aire acondicionado.

Por último aunque no menos importante también tenemos que prestar especial atención a los oídos, una de las causas mas comunes de otitis es que permanezca en el conducto agua sucia proveniente de baños, para ello debemos al acabar el chapuzón usar limpiadores óticos que vacíen el canal auditivo de los restos que hayan podido entrar y acabar por secar la zona del pabellón con toalla o papel seco, estando totalmente desaconsejado el uso de bastoncillos.


Siga estos fáciles consejos y así solo tendrá que preocuparse de pasar un excelente día en compañía de su mascota.




Para mas información pregunta a tu veterinario
Nos puedes localizar en:

CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS DE HUESCA
Calle Teruel, nº 37 HUESCA                        Tlfno: 974226250 
Paseo Lucas Mallada, nº 54 HUESCA          Tlfno: 974244236 
urgencias: 608 03 81 29    
http://centroveterinariolosolivos.com

sábado, 9 de junio de 2018

PROBLEMAS PERIANALES



Más propios del perro que del gato, aunque no son descartables del todo en la especie felina, el dueño experimentado en estos asuntos ya advierte que cuando su amigo se mira, intenta mitigar molestias en la retaguardia con el hocico e incluso arrastra el trasero por el suelo como si se desplazara en un trineo por la nieve, es que algo muy molesto le ronda por las zonas que circundan el esfínter anal.

 Y tiene toda la razón

Parece ser un conocimiento común en el acervo popular el de que cuando un perro arrastra el culillo por el césped o por el asfalto es que tiene lombrices intestinales, sin posibilidad ni margen para el error.

Pues bien, aunque en el caso de que el animal tenga lombrices es posible que en algunas ocasiones éste padezca prurito anal y como consecuencia de ello intente paliarlo con el rascado contra el suelo;  no es menos cierto que cuando este síntoma se presenta son más las veces en que es expresión de otros asuntos que afectan a tan delicada zona anatómica.

Inflamaciones de las glándulas perianales, por diversas causas que esbozaremos; o bien dolores en el diafragma pélvico que son origen de las temidas hernias perineales (no tan proclives a ocasionar esta picazón que hemos descrito en el perro, sino en este último caso  abultamientos característicos bajo el nacimiento del rabo de nuestro animal).

Las inflamaciones de la glándula perianal pueden ser ocasionadas por impactaciones o llenado excesivo de la misma con el líquido que periódícamente debe ser vaciado en el acto de la defecación. Un líquido de fuerte y desagradable olor que sirve tanto para ahuyentar enemigos como para dotar del aroma característico de cada individuo a las heces. Es el olor individual que averiguan los perros cuando al conocerse entre ellos olfatean en el ano del congénere.

Hay dos glándulas o bolsitas bajo la piel del ano de los perros, una a cada lado y muchos dueños ya saben que a veces pican y llegan a ocasionar por infección incluso fístulas u orificios que drenan esa especie de pus que de otra forma no puede ser evacuado.

También pueden enfermar estas glándulas por defectos en el sistema inmunitario, característico de razas o cruces del Pastor Alemán como raza más perjudicada aunque no en exclusiva, lo que da lugar a la Forunculosis perianal. Es una versión gigantesca de la fistulización del periano, con grandes fisuras que requieren tratamiento crónico.

Otro asunto bien diferente son los defectos en la musculatura que circunda el ano que con la edad de nuestros amigos se van deteriorando, sobre todo si son machos ya que parece ser que son problemas conectados con los andrógenos y que producen las Hernias perianales.

Son abultamientos que se producen al abrirse esta musculatura y dejar pasar a su través alguna porción de vísceras como puedan ser la vejiga urinaria o asa intestinal, e incluso la próstata.

Este es un problema mayor que en casi todos los casos requiere cirugía reparadora

Piensen que cuando un animal se rasca o se “mira” la parte posterior de su cuerpo no siempre nos quiere decir que lo desparasitemos.

Desparasitar a nuestro animal con vermífugos es otra medida que no debemos descuidar.


Para mas información pregunta a tu veterinario
Nos puedes localizar en:

CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS DE HUESCA
Calle Teruel, nº 37 HUESCA                        Tlfno: 974226250 
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