Como ya comentamos la semana pasada es recomendable que los propietarios realicen una revisión de los ojos de su mascota de forma periódica. Además mantenerlos limpios es una tarea que debe hacerse de forma rutinaria. Igual que hacemos las personas al levantarnos ya sea al frotarnos los ojos o al lavarnos la cara por la mañana en la que retiramos las secreciones sedimentadas durante la noche debemos realizar estas limpiezas a nuestras mascotas. La frecuencia de las limpiezas de los ojos variaran con la edad, la raza o la salud de nuestras mascotas pero en algunos casos debería de ser diaria. Podremos observar desde pequeñas legañas en el ángulo interno en animales jóvenes o con pelo corto o grandes acúmulos que se mezclan con los pelos de la zona en animales de más edad o pelo mas largo.
En ambos casos nuestra misión es limpiar las secreciones. No se deben de usar algodón empapado en agua u otros líquidos porque podríamos producir una irritación del ojo. El algodón se puede desbridar y los hilos pueden quedar en el interior de los ojos. Además el agua o los demás líquidos pueden tener un pH o sustancias que irriten la cornea y se puedan complicar con conjuntivitis o úlceras. Si la mascota sufre problemas de ojo seco por una insuficiente producción de lágrima los líquidos pueden agravar el problema y desecar la cornea.
Lo ideal es utilizar una gasa y retirar suavemnente la secreción. Si la secreción está muy seca y agarrada podremos utilizar soluciones específicas para ello o suero fisiológico que tienen un pH y una concentración de sales adecuada.
La limpieza debe realizarse desde el interior del ojo hacia el exterior, con toque ligeros y sin frotar y debemos cambiar la gasa entre un ojo y el otro para evitar transmitir infecciones. Existen también toallitas húmedas preparadas específicamente para la limpieza ocular de las mascotas. Llevan toallitas suaves impregnadas en productos antisépticos pero no irritantes y son fáciles de llevar a cualquier sitio.
En los perros de capas claras es muy común observa manchas amarillentas o marrones por acumulación de secreciones oculares y lagrimas. Existen productos para poder corregir este problema estético pero es necesario ser constantes y realizar estos tratamientos de forma constante. En algunos casos se utilizan para blanquear estas zonas agua oxigenada o lejía diluida con el riesgo que conlleva a que penetren dentro del ojo y provocar una lesión ocular grave.
En algunas razas las lágrimas y las legañas se introducen en pliegues de la piel. Por ejemplo en el Shih-tzu, en el Pekinés y en otras razas de hocico muy corto, tendremos que limpiar estos pliegues en profundidad. Una vez limpio podemos aplicar ácido bórico en polvo para absorber la humedad. Lo dejaremos actuar el tiempo necesario, y luego retiraremos el exceso. Nos podemos ayudar de un cepillo de dientes de cerdas suaves para la limpieza. Si el perro es de pelo largo, pasaremos un peine muy fino y espeso para acabar de limpiar.
Ante la presencia de cualquier anomalía presente en los ojos, como ojos enrojecidos, inflamaciones, secreciones, rascado continuo o manchas en el mismo, se deberá de acudir inmediatamente al veterinario. No se deben aplicar productos en los ojos ni utilizar remedios caseros, sin ser recomendados por el veterinario, ya que se podría producir una lesión seria.
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