A lo largo del artículo de hoy, vamos a explicar uno de los síntomas mas frecuentes que se da en la clínica de pequeños animales, donde aprenderemos a como valorar su gravedad y comenzar un tratamiento antes de acudir al veterinario. Este síntoma tan común es la diarrea.
La diarrea, se podría definir como la pérdida de consistencia de la materia fecal, cuando es excretada por el organismo. En principio es un mecanismo beneficioso, ya que ayuda a expulsar de una manera rápida y eficaz, toxinas acumuladas en el aparato digestivo y contribuir así, a la curación del proceso. El problema es, cuando este mecanismo se cronifica convirtiéndose en un problema para la salud del animal.
La diarrea puede tener diferentes etiologías, que varían desde procesos infecciosos (virus bacterias hongos y parásitos), intoxicaciones alimentarías, intolerancias y hasta procesos que nada tienen que ver con el aparato digestivo como pueden ser alteraciones renales.
La diarrea se puede producir por dos tipos mecanismos fisiopatológicos:
- Por causas osmóticas, que tienen lugar cuando se acumulan sustancias hiperosmolares en la luz intestinal, sobresaturando la capacidad de los intestinos de reabsorber el agua, esto ocurre en intoxicaciones alimentarías y síndrome de maladigestión.
- Por causas secretoras, la cual la producen agentes infecciosos como E. coli, salmonella y otras toxinas, hacen que se lleven líquidos y electrolitos a la luz intestinal.
Normalmente, una diarrea osmótica responderá a un ayuno de unas 24 horas, mientras que las diarreas secretoras necesitarán algo más que un ayuno.
La severidad de un proceso gastroenterologico, variara en función de que parte del aparato digestivo este afectado, el veterinario, puede saber cual es la parte afectada, preguntando al propietario la sintomatología que acompaña a la diarrea. En una diarrea de intestino grueso va a ir acompañado de síntomas como el tenesmo (dificultad en la defecación), aparición en las heces de alguna beta de sangre, lo que es conocido en argot médico como hematoquecia, la frecuencia de defecación, va a estar marcadamente aumentada pero en cambio el volumen de heces, no lo va a estar. También se pueden apreciar mocos en las heces y la diarrea es de carácter urgente (el perro no aguanta las ganas de defecar), en el caso de que la porción afectada sea la del intestino delgado, se puede apreciar como nota predominante un aumento en el volumen de las heces, que no en la frecuencia, y pueden aparecer ocasionalmente diarrea hemorrágica. También en caso de que se afecte la mucosa gástrica puede aparecer algún vómito.
Dependiendo de la duración de la diarrea, esta puede clasificarse como aguda o crónica.
En el caso de las diarreas agudas, muchas de las causas que las generan son autolimitantes por lo que normalmente, solo son necesarios tratamientos de soporte y sintomáticos y no son necesarias realizar demasiadas pruebas diagnosticas. Lo contrario ocurre en el caso de las diarreas crónicas, donde las causas que las generan no son autolimitantes y sus etiologías son muy variadas, por lo que son necesarias varias pruebas complementarias, hasta llegar a un diagnostico definitivo. Siempre que nuestro animal, lleve más de dos semanas sin una consistencia normal en sus heces, se debe acudir al veterinario para que haga un diagnostico del proceso.
¿Qué hacer si nuestra mascota aparece de repente con un cuadro diarreico? Si le ocurre esto a nuestra mascota (cosa muy frecuente a lo largo de la vida de su vida) lo primero que deben hacer los propietarios, es realizar un ayuno de 24 – 48 horas de alimentos sólidos. Una vez pasado este tiempo se debe comenzar a introducir una dieta blanda preferiblemente dietas comerciales especificas para procesos digestivos, tras unos 5 días iremos añadiendo la dieta normal a la blanda que estaba tomando hasta que en un plazo de unos 10 días retome su dieta normal al 100%.
¿Qué no hacer si nuestra mascota tiene un cuadro diarreico? Lo que nunca debemos hacer es privarle de agua ya que podríamos ocasionar una deshidratación en el animal grave, lo que tampoco se debe hacer nunca es automedicar al animal, pues medicamentos que en otra ocasión han podido funcionar para un proceso pueden ser muy contraproducentes para otros.
Se deben evitar en la medida de lo posible fármacos como la loperamida, que hacen que se corte en seco la diarrea, estos fármacos mal usados pueden agravar los cuadros, ya que hay que recordar que la diarrea es un mecanismo que tiene el propio organismo para evacuar toxinas del interior del organismo, y si la cortamos totalmente, esas toxinas no saldrán del la luz intestinal ocasionando graves problemas.
Siempre habrá que acudir al veterinario si se da una diarrea de las siguientes características: que se produzca melena (sangre y heces mezcladas), que no hematoquecia, que es la presencia de hebras de sangre en las heces, esta sangre suele proceder de algún vaso del recto, que se rompe por el esfuerzo y no suele tener significación clínica. También deberemos acudir al veterinario si la diarrea se da en un cachorro sin haber realizado un cambio previo en la alimentación, y siempre que vaya acompañada de vómitos. También si el animal esta excesivamente apático, ya que normalmente las diarreas osmóticas (las que no precisarían en principio un tratamiento no suelen afectar al estado general del animal). Y por supuesto siempre se deberá acudir a nuestro veterinario, cuando tengamos alguna duda con respecto a que hacer.
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