Reforzar el vínculo y el cariño
entre dueño y animal es esencial para que la mascota se sienta feliz y con
ganas de agradarnos a la hora de demostrar un buen comportamiento y su disponibilidad
de cumplir con lo que le pedimos, que suele ser lo que creemos es lo mejor para
él.
Conductas de recompensa cobran mucha
importancia en esta faceta y los medios de ponerlas en práctica en el momento
adecuado es, así mismo, fundamental para lograr el refuerzo de las conductas
que consideramos más convenientes. El propietario inteligente sabe escoger no
solo el tipo de premio adecuado sino también el momento preciso para recompensar
a su querido amigo.
Las chucherías caninas y felinas
es alimento más o menos seco y más o menos graso dependiendo de las variedades
y marcas comerciales existentes, pero deben saber que al perro las que más le
gustan son las que más calorías tienen, suele ser porque llevan más materia
grasa que al perro le parece deliciosa. Debemos reconocer que a los humanos
también la grasa es lo que más nos atrae (en proporción generosa aunque no
excesiva) y de ahí que tengamos que consumirla con cuidado porque nos engorda y
perjudica nuestra salud.
Como recomendación a groso modo se puede
establecer que las chucherías no superen el 10 por ciento del total de la
ración diaria de un perro.
Aunque le gusten menos, por regla
general, las que contienen menos agua que las más húmedas se recomienda también
las secas porque les hacen masticar y en todo caso dejan menos residuo en las
encías. Las encías con residuos son mucho más propensas a las gingivitis y el
sarro.
Siempre mejor por tanto las que
son secas y siempre mejor en cantidad moderada. Son consejos no siempre fáciles
de llevar a cabo, ya lo sabemos, pero…así debemos transmitirlos.
Saber cuál es el momento óptimo
para dar un premio es también importante. Mejor dar una golosina cuando nuestro
amigo ha realizado una buena conducta (defecar en lugar oportuno, ignorar una
amenaza de un congénere en el paseo, acudir presto a nuestra llamada….), aunque
podría ser suficiente con una carantoña siempre ayuda acompañarla de un
bocadito… por lo menos es lo que ellos nos comunican con su movimiento pendular
del rabo y su cara de felicidad.
Nunca debemos dar un premio para
calmar a un perro nervioso o para reclamar atención cuando se han portado mal
porque corremos el riesgo de que ellos entiendan que el camino más corto para
conseguirlo es, en efecto, armar un buen lío o formarla con el perro del
vecino.
Como vemos es cosa de sentido
común y como sabemos el sentido común es en ocasiones el menos común de los
sentidos.
Para mas información pregunta a tu veterinario
Nos puedes localizar en:
CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS DE HUESCA
Calle Teruel, nº 37 HUESCA Tlfno: 974226250
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