Una de
las mascotas preferidas por niños y mayores es la tortuga de tierra. Se trata
de un simpático animal cuyos cuidados no suponen un gran esfuerzo. Tener
tortugas en casa resulta positivo para la educación de los niños que, entre
otras cosas, aprenderán a adquirir ciertas responsabilidades como encargarse de
su alimentación o del mantenimiento y limpieza de su habitáculo.
Antes
de introducir en casa a nuestra tortuga, tendremos que informarnos adecuadamente de varios aspectos que nos facilitarán
sus cuidados: saber de qué especie es, el lugar de procedencia, las costumbres,
la alimentación... Es esencial para no cometer errores que puedan tener
consecuencias fatales para nuestra mascota.
Al
igual que el resto de los reptiles, las tortugas no tienen una temperatura
interna constante. Por esto necesitan de fuentes externas de calor. Basta con
unas lámparas infrarrojas, que permiten el calentamiento del terrario y de la
tortuga sin elevar la temperatura ambiente. A pesar de todo, esto no es
suficiente puesto que, de vez en cuando, hay que permitir que la tortuga reciba
directamente los rayos del sol que van a optimizar la producción de vitamina D,
saludable para su piel.
Es
conveniente colocar en algún lugar del terrario un refugio para que las
tortugas puedan resguardarse ante los cambios de temperatura y para que puedan
esconderse durante su hibernación en otoño.
La
hibernación es un proceso de aletargamiento que dura de unos 3 a 6 meses, si
bien la media suele ser de 4 meses, iniciándose este período cuando la temperatura baja de unos 14 grados aproximadamente y siendo
total cuando desciende de los 10 grados. Las tortugas cesan en su actividad y buscan un refugio para resguardarse durante dicho
proceso.
La tortuga NO necesita hibernar para vivir bien, hiberna si baja la temperatura del medio ambiente, nosotros tenemos un invierno frío, entonces su metabolismo baja e hiberna, o sea se entierra varios centímetros bajo el suelo donde los cambios de temperatura no son bruscos y vive de sus reservas grasas. En zonas muy calurosas no hibernan nunca.
La tortuga NO necesita hibernar para vivir bien, hiberna si baja la temperatura del medio ambiente, nosotros tenemos un invierno frío, entonces su metabolismo baja e hiberna, o sea se entierra varios centímetros bajo el suelo donde los cambios de temperatura no son bruscos y vive de sus reservas grasas. En zonas muy calurosas no hibernan nunca.
Si permitimos que hiberne una tortuga enferma, o que no haya
vaciado bien su intestino o que tenga huevos dentro la exponemos a un grave
riesgo. Hay que solucionar ese problema antes o no dejarla hibernar. Tenemos que ser conscientes de que
cualquier ejemplar que se encuentre en alguna de estas situaciones es más
vulnerable, y como al hibernar el sistema inmunológico baja, podría provocarle
la muerte.
Cuando las
condiciones climáticas son favorables finaliza la hibernación y al cabo de 2 ó
3 días el animal empezará a comer un poco. Si pasados unos pocos días vemos que
nuestros animales todavía no comen, es un claro síntoma de anorexia
posthibernación.
Pasadas las 7 semanas de anorexia, la muerte del animal es casi inevitable.
Este
problema tiene su origen en alguna enfermedad sufrida por las tortugas durante
la hibernación (infecciones respiratorias, lesiones causadas por el frío,
etc.).
Lo
primero que debemos hacer es llevar a las tortugas enfermas al veterinario,
para que diagnostique la causa.
El tratamiento consiste en hidratar la tortuga poniéndola en un barreño con agua tibia y suplemento de vitaminas. De esta forma se estimula a que el animal orine y defeque. Luego se le suele poner una sonda gástrica para subministrarle alimentos y líquidos, y en muchas ocasiones incluso es necesario inyectarle suero y otros medicamentos.
La
anorexia posthibernación es difícil de prevenir, ya que durante la hibernación
las enfermedades que el animal pueda tener pasan desapercibidas. Lo único que
sí que debemos hacer es vigilar muy bien al animal después de la hibernación, y
si las condiciones climáticas no son muy favorables, trasladaremos a los
animales a un recinto interior con una buena iluminación, calefacción y agua.
La
recuperación será lenta, y dependiendo de la causa inicial de la anorexia, el
animal comenzará a comer poco a poco por sí misma y podremos retirarle la
alimentación por sonda gástrica.
Nos puedes localizar en:
CENTRO VETERINARIO LOS OLIVOS DE HUESCA
Calle Teruel, nº 37 HUESCA Tlfno: 974226250 Fax: 974226250
Paseo Lucas Mallada, nº 54 HUESCA Tlfno: 974244236 Fax: 974244236
Para mas información pregunta a tu veterinario
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